martes, 3 de septiembre de 2013

Cuándo ha llegado el momento de aceptar las críticas sobre la manera de jugar de nuestro perro

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Muchas personas se ofenden cuando otro propietario pone en duda el comportamiento de su perro a la hora de relacionarse con los demás en el parque o el pipi-can.
Y, aunque es verdad que hay gente muy quisquillosa (para qué vamos a decir que no), todos y todas deberíamos tener claro que nuestro perro no está jugando de forma adecuada si:

1- No muestra señales claras de invitación al juego: me refiero a la típica postura denominada de play bow que puede verse en la foto de este post (patas delanteras apoyadas sobre el suelo y culo + patas traseras levantadas).

2- Ha perdido el control emocional de la situación: nuestro perro está totalmente sobre excitado.

3- No muestra inhibición de la mordida: muerde con tal intensidad que provoca dolor en el otro perro e incluso heridas. 

4- No existen pausas durante el juego: no hay momentos de descanso sino que el perro ha entrado en un frenesí difícil de frenar.

5- Nuestro perro no se pone nunca en situación de desventaja: hace que el otro se sienta continuamente acorralado. Si es así, lo notaremos porque el perro que se encuentra en situación de inferioridad intentará huir, morderá, chillará, se girará evitando el contacto o intentará apartar a nuestro perro con la pata.


Si detectamos cualquiera de estos cinco comportamientos, lo recomendable es interrumpir el juego llamando a nuestro perro para que venga o, directamente, agarrándolo y tranquilizándolo. Para calmarlo se le puede pedir, por ejemplo, que se siente o se tumbe durante unos instantes y ofrecerle un premio a cambio. De esta forma, evitaremos la posible frustración por haberle “chafado” la diversión. ;)
Fuente: Parte de la información contenida en este artículo está extraída del Seminario sobre Juego al que asistí el pasado mes de julio de 2013 y que fue impartido por los profesores del Centro de Estudios Etológicos. 

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